miércoles, 5 de julio de 2017

..., y no llega


Energía entregada al saco de la nada. 
De la espera se hizo ilusión que acabó en la mayor decepción.
Sin la espera lo mismo hubiera sido, más el tiempo no hubiera dolido.
No es esperar lo que duele si no esperar que llegará lo que uno quiere.

Si no reparas la espera, tendrás que reparar lo que en ella muera.
Espera solo tu satisfacción de dar, lo demás tiene su llegar.
Y si aún así esperas, no hieras, porque tuyo es el esperar,
y de nadie la obligación de dar.
¿Aún esperas?

A FLOR DE PIEL


Esa sutil sensación que roza mi cuerpo,
que empapa de suave rocío mi piel interior,
alimenta mi más dulce sabor a felicidad,
recorriendo el camino hacia tu encuentro. 

Encuentro vestido de incertidumbre
salpicada de gotas de seguridad,
que alivian el profundo sentimiento
de la impaciencia del ser o no ser. 

Apoyado en los pilares del sonido de tu voz,
de emociones emanadas de experiencias no vividas,
de esperanzas que florecen de semillas compartidas,
creciendo en la tierra de la distancia más atroz. 

El alimento de tus palabras,
la luz de tu inmortalizada mirada,
el aire de tu lejano respirar,
dan sustento a las raíces de este nos. 

Y el tiempo se abraza a mi deseo,
impulsando las horas del destino
a recorrer el camino de una leve eternidad,
que avanza a través de la esperanza de tu ser. 

Así como la luz culmina el plenilunio,
y alimenta el amanecer,
ilumina tu presencia
en el pico más alto de tu encuentro. 

Tal como encuentra la luna su luz,
y la tierra recibe su mirada,
su unión solo anuncia el fin
de la aurora que envuelve su comienzo.

EL ENCUENTRO